El Libro de las Preguntas. Pablo Neruda
Extracto
1.
Por qué los inmensos aviones
no se pasean con sus hijos?
Cuál es el pájaro amarillo
que llena el nido de limones?
Por qué no enseñan a sacar
miel del sol a los helicópteros?
Dónde dejó la luna llena
su saco nocturno de harina?
2.
Si he muerto y no me he dado cuenta
a quién le pregunto la hora?
De dónde saca tantas hojas
la primavera de Francia?
Dónde puede vivir un ciego
a quien persiguen las abejas?
Si se termina el amarillo
con qué vamos a hacer el pan?
3.
Dime, la rosa está desnuda
o sólo tiene ese vestido?
Por qué los árboles esconden
el esplendor de sus raíces?
Quién oye los remordimientos
del automóvil criminal?
Hay algo más triste en el mundo
que un tren inmóvil en la lluvia?
4.
Cuántas iglesias tiene el cielo?
Por qué no ataca el tiburón
a las impávidas sirenas?
Conversa el humo con las nubes?
Es verdad que las esperanzas
deben regarse con rocío?
5.
Qué guardas bajo tu joroba?
dijo un camello a una tortuga.
Y la tortuga preguntó:
Qué conversas con las naranjas?
Tiene más hojas un peral
que Buscando el Tiempo Perdido?
Por qué se suicidan las hojas
cuando se sienten amarillas?
6.
Por qué el sombrero de la noche
vuela con tantos agujeros?
Qué dice la vieja ceniza
cuando camina junto al fuego?
Por qué lloran tanto las nubes
y cada vez son más alegres?
Para quién arden los pistilos
del sol en sombra del eclipse?
Cuántas abejas tiene el día?
7.
Es paz la paz de la paloma?
El leopardo hace la guerra?
Por qué enseña el profesor
la geografía de la muerte?
Qué pasa con las golondrinas
que llegan tarde al colegio?
Es verdad que reparten cartas
transparentes, por todo el cielo?
"Éramos los Elegidos del Sol" Vicente Huidobro
Éramos los elegidos del sol
Y no nos dimos cuenta
Fuimos los elegidos de la más alta estrella
Y no supimos responder a su regalo
Angustia de impotencia
El agua nos amaba
La tierra nos amaba
Las selvas eran nuestras
El éxtasis era nuestro espacio propio
Tu mirada era el universo frente a frente
Tu belleza era el sonido del amanecer
La primavera amada por los árboles
Ahora somos una tristeza contagiosa
Una muerte antes de tiempo
El alma que no sabe en qué sitio se encuentra
El invierno en los huesos sin relámpago
Y todo esto porque tu no supiste lo que es la eternidad
Ni comprendiste el alma de mi alma en su
barco de tinieblas
En su trono de águila herida en infinito.